¡¡Hola¡¡
Espero que estas fiestas las hallan disfrutado mucho.
Tengo buenas y malas noticas...
Las malas: Cambie de pc, esto quiere decir que muchos trabajos que tenia se perdieron, entre ellos una historia de uno de ustedes, querido escritor (a) anonimo, con gusto la terminare, solo manda a mi correo de nuevo.
Las buenas: Termine mi certificación "CAE" lo que significa que tendré mucho tiempo libre a partir de febrero, eso es decir que abra mucha mas actividad en el blog.
Sin mas, continuamos donde lo dejamos el capitulo anterior, hasta luego...David.
-¡Delicioso! ¿Por qué no pruebas el tulló linda?
-¡¡No me cambies el tema!! ¿Entiendes lo que acabas de
decir?
-Claro que lo entiendo, yo lo dije después de todo, claro…se
me olvidaba decirte. Te llego este mensaje. Toma.
Dijo esto último mientras de su delicada bolsa de mano
sacaba mi anterior celular, era uno de esos celulares económicos, pero al menos
tenia android..
-¿Mensaje? A mí nunca me “mensajea” nadie…
<<Hola Chris, soy Samanta, Fer me dio tu numero, me
senti muy mal x lo que dije ayer :( delante de tu amiga. la fiesta se pospuso
porque no te encontramos x ningún lado??? Hoy se vuelve a armar te esperamos
:p>>
-Ayer, recuerdas que Samanta nos invitó a “tu fiesta”. Es de
mala educación no asistir a la fiesta que a uno se le celebra ¿No crees?
-¡¡¡NO!!! De ninguna manera es un falta de educación faltar
a un lugar donde no se te es querido, además esa fiesta era a mi nombre pero no
era para mí.
-Exacto, tú ya no eres Chris eres Alison. Te lo voy a poner
de esta forma…
Claro que si mi amor. Puedes ir a esa fiesta que tanto me estas rogando. No te preocupes; claro que puedes ir a
comprarte ropa nueva. Ya sé que quieres ir súper hermosa a la fiesta, es más;
puedes llegar a la hora que quieras al café, té estaré esperando hay. Solo
márcame y mandare un taxi por ti. No olvides tu traje de baño linda seguro que
quieres ir a nada a su casa…Que te diviertas.
Se levantó de la
mesa, recogió su bolsa de mano y camino a la salida del hotel sin decir nada
más.
-Pero ¿Qué diablos?
Espera…¿Qué haces? ¿Paty? ¿Paty?
Gritaba mientras ella caminaba sin reaccionar en lo más
mínimo.
Me levante de la mesa y trate de alcanzarla pero unos
cuantos metros antes de poder alcanzarla un joven trabajador del hotel me
detuvo mientras me gritaba detrás de un mostrador cercano a la salida del
restaurante el cual suponía que cumplía la función de caja registradora para
pagar por servicios:
-Señorita, no puede retirarse. ¿Quién pagara por la comida?
-¡¡Diablos¡¡ Claro la comida. Es solo que no tengo con que
pagar…
-Gusta que lo carguemos a su cuenta…
-¡¡Amm… CLARO¡¡ Si por favor.
-Muy bien, siento el inconveniente. Puede seguir
persiguiendo a su amiga.
-No es mi amiga es mi….mamá?
Paty ya había desaparecido en cuanto regrese la mirada a la
puerta del hotel, no savia que hacer en ese momento.
Todo lo que ella hacia era por una razón y esto debería de
tenerlo también. Todos en el restaurant me miraban mientras murmuraban por la
“escena” que habíamos montado ella y yo. Me resigne a caminar de regreso a la
mesa, podía sentir la mirada de todos esos comensales mientras me dirigía a
sentarme.
Ya en la mesa solo
podía pensar en:
-Ahora qué hago?
Las fresas seguían intactas en el plato que la chica me
había ofrecido así que dije:
-¿Por qué no? Las tendré que pagar de todas formas.
Introduje la cuchara en el delicioso postre de color rosa
que estaba delante mio. Una sola cucharada y de repente…
-¡¡¡PUAGH¡¡¡ qué asco, esto esta horrible. Sabe súper mal
Literalmente escupí la pequeña porción en mi plato.
Una suave vibración se sintió en mi pequeño bolsillo derecho
seguido de un sonido muy clásico de todo celular Apple, otro mensaje más:
-Linda, no sé si lograste entender mi punto. Ahora tú serás
uno de ellos, tu eres por mucho la chica más hermosa de toda la ciudad y
deberías estar consiente ello. Ve a esa fiesta y disfruta lo que siempre habías
deseado conocer pero no podías por las constantes burlas de todos ellos.
POSDATA…No comas las fresas. Si en efecto somos madre e hija
te darías cuenta del odio que le tengo a esa fruta. Mi abuela no las toleraba,
mi mama no las toleraba y yo tampoco así que quería comprobar si es verdad lo
que creemos. Por no soy tan cruel para hacerte sufrir…
Una suave carcajada de mis labios se escapó mientras me decía
sarcásticamente a mí.
-Jaa..Gracias Mamá…me debiste advertir antes.
Es verdad, ciertamente era la chica más guapa que nunca
antes avía visto en mi vida. Y seguramente también era ahora como todos ellos.
Fernando, Paulina, Samanta. Todos ellos ahora eran mis
semejantes, no era ya el simple chico aburrido de 15 años. Algo en mi interior
crecía a cada instante que recordaba todas y cada una de las malas experiencias
que me habían hecho pasar.
-Tienes razón Paty. Lo are, disfrutare lo que siempre había
soñado poder vivir.
Respire profundamente y decidí que seguiría el consejo de
Paty.
Me retire del restaurante no sin antes dirigirme a la caja
donde el chico me había detenido momentos antes, podía sentir como las miradas
de todos recaían sobre mi mientras comenzaba a entablar un conversación con el
joven cajero:
-Hola, perdón por lo de antes. No entiendo que le paso a mi
mamá. Esta muy rara últimamente.
Esa frase, fue una justificación más que saludo por mi
anterior “escenita” que montamos.
-¿Disculpa? Creo que estas de broma. ¿Hija de Paty?
Permíteme dudarlo.
Una respuesta que me dejo en shock.
-¿No creo que ella tenga una hija? Ella me había dicho que
no tenía familia alguna.
-Bueno…este…si soy familiar suyo si eso tienes duda…¿No
notas el parecido?
Buscaba desesperadamente una respuesta, pero solo lograba
empeorar la situación suponía.
-Digamos que te creo linda; ¿Qué se te ofrece?
-Nada…solo quiero pagar por todo.
-Claro chica, lo que digas. Permite tu tarjeta.
El joven trabajador parecía disfrutar con la incomodidad que
me producía sus preguntas.
Extendí mi mano con la tarjeta que me había dado Paty la
noche anterior, el joven la tomo y procedió a pasarla por el lector de la
terminal bancaria que tiene todos los establecimientos para pagos con tarjeta.
Su mirada al escanear aquel pedazo de plástico cambio por completo y solo una
pregunta más dijo al momento que extendía su mano para regresar mi tarjeta:
-¿Cómo?
Tome la tarjeta entre mis manos mientras salía a toda prisa
de aquella sección del hotel con el corazón completamente acelerado y asustado
más que otra cosa.
-¿No me creyó?
No imposible, nadie jamás podría averiguar la verdad. Hacer
que las personas me crean será más difícil de lo que creí.
Tenía claro que lo único que quería hacer ahora, llegar a la
casa de Samanta y restregarles en la cara a toda esa “bola de niños creídos” mí nuevo ser, pero estaba claro que no podría
simplemente llegar y decirles a todos:
-Hola a todos miren mi nuevo cuerpo que pedí de cumpleaños.
No al menos si quería que no llamaran a la policía o algo
peor, tenía que pensar en una “cuarteada”, no podía regresar a la habitación a
pensar con más claridad, el tiempo que habíamos alquilado la habitación había
terminado seguramente. Ya no podía regresar hay.
Al café no podía ir claro estaba, si llegaba hay Paty
pensaría que no tenía el valor necesario para cumplir con su plan, el café
tampoco era una opción.
De repente lo supe, era un lugar perfecto para poder estar
un rato a solas. Era un lugar muy callado en su mayoría y sabía que estaría solo
sin duda alguna.
-¡Mi casa¡
Me repetí en vos alta mientras un nudo en la garganta
sentía.
No lo quería admitir, pero ese era el lugar más pacífico que
por mi mente pasaba. Ahí se me ocurriría algo para poder llegar a la casa de
Samanta.
Antes de poder salir del hotel tenía que pasar a la
recepción a regresar la llave electrónica de la habitación y dejar en ceros las
cuentas que debía de haber generado. Mi paso era lento y muy discreto, no
quería despertar mucho interés sobre mi presencia, pero por desgracia mía el
hotel albergaba muy poca gente, por lo que pasar sin ser notado era realmente
imposible.
El pasar entre los múltiples ojos curiosos me hacía sentir
un bochorno que seguramente mis mejillas rosadas debían denotar.
Una chica muy atractiva que demostraba muy poca edad se
encontraba en el pequeño cubículo que correspondía a la recepción. Su completa
atención recaía en el monitor que tenía delante de ella.
Me acerque a lo suficiente para que notara mi presencia y
solamente me dirigí a ella diciéndole:
-Hola, me gustaría retirarme de la suite número 2.
-Claro, un segundo por favor.
La joven recepcionista tecleaba su ordenador con singular
efusividad y velocidad. Pasaban los minutos y la chica seguía tecleando sin
respiro alguno.
Hubo un momento de silencio donde el sonido de sus delicadas
uñas chocando contra el teclado se detuvo y se atención fue prestada en mí.
-Tu tarjeta por favor.
Le brinde a la chica lo que solicitaba y nuevamente el
sonido de las teclas se hiso presente.
-Listo, solo necesito la aprobación del sistema y podrás
retirarte Alisson.
-…Gracias
Unos cuantos segundos más y la chica volvió a dirigirse a
mí:
-Eso es todo, su taxi la está esperando afuera, le
enviaremos sus pertenecías a su
dirección. Gracias y vuelva pronto…
Trataba de no demostrar sorpresa ante todo lo que había
sucedido en unos cuantos minutos. Estaba a punto de dar las gracias cuando
nuevamente el sonido de las teclas retumbaba en mis oídos. La chica estaba
demasiado centrada en su ordenador que lo último que quería era distraerla así
que di media vuelta y regrese a la entrada.
El sol deslumbraba mi vista al salir, justo en la entrada
del hotel había un taxi con la puerta abierta, suponía que ese era mi
transporte así que entre en el y cerré la puerta detrás mía.
-Buenos días señorita, cuál es su destino.
-Avenida Marshall No 161
-Entendido.
Un señor de una edad un tanto avanzada, con la cabellera
totalmente blanca y una voz muy masculina introducía las llaves en la hendidura
del taxi mientras yo fijaba la vista en el cristal del lado izquierdo tratando
de no pensar en nada.
El chofer encendió el automóvil y nos dispusimos a recorrer
el largo trayecto que comprendía el cruzar de extremo a extremo mi ciudad.
25 minutos pasaron desde la última palabra que pronuncio, el
camino era largo y monótono por lo que como todo buen taxista, el chofer
comenzó a realizar su segundo oficio.
-Sabe algo señorita, usted es la mujer más hermosa después
de mi esposa que ha subido a este taxi.
-Gracias, ¿Así es como trata a cada chica con la que entabla
una conversación?
-No señorita no piense mal de su servidor, no soy ninguna
especie de pervertido si es lo que quiere saber, es solo que su belleza es
abrumadora para un niña de tan poca edad.
-Gracias señor, es muy háblame de su parte.
No tenía ganas de hablar con aquel hombre, nunca fui muy
afecto a hablar con las personas y mucho menos con los taxistas de mi ciudad,
de su boca por lo general solo un compendio inútil de cultura popular era lo
que resultaba de tratar de entablar una conversación, quejas sin sentido sobre
los altos precios del petróleo o resultados de los partidos de futbol era lo
más común de escuchar, pero este señor tenía algo un tanto diferente que logre
percibir desde que aborde su automóvil.
-Las gracias no se dan cuando es una obligación, todo buen
caballero debe de enaltecer la belleza de las mujeres sobre cualquier otra
cosa, es un placer para nuestros ojos el mirar la hermosura que la figura
femenina representa y cuando esta es tan perfecta como lo es usted, las
palabras faltan para poder expresarla…
El rubor de mis mejillas comenzaba a ser evidente y eso me
molestaba muy en el fondo. Un hombre desconocido de unos cuantos ayeres estaba
provocando en mí algo que me repugnaba y a la vez me resultaba cautivador.
-Su esposa es muy afortunada
de tener un hombre como usted en casa.
-Gracias hija, espero que ella la escuche en el cielo mi
querida.
-Lo siento mucho…no era mi intención…
-jaja- Río para sí mismo el habido conductor después de un
largo suspiro que antecedió a su habla.
-No se preocupe señorita, es un placer vivir con ella y sin
ella. A este viejo taxista no le falta mucho para reencontrarse con su amada, y
cada día de su ausencia es una oportunidad más para desearla intensamente…mientras
nosotros los hombres bebemos cerveza o mirábamos el futbol, las mujeres piensan
en nosotros, concentrándose y decidiendo si descartarnos, cambiarnos, matarnos
o simplemente abandonarnos, al final no importaba lo que decidan, siempre nos
dejan solos y locos por estar a su lado…
-Fue muy afortunada de conocer a semejante caballero señoorr….
Dije esto último haciendo hincapié en resaltar que
desconocía su nombre y dejando un espacio para que me contestara el anciano
conductor.
-Adrián…Adrián Sender mi joven preciosura…
Mis mofletes ardían por las palabras que aquel señor
utilizaba en cada una de sus frases y solo me resigne a sonreír para mí.
-Bueno…querida chiquilla, este es su destino.
-Muchísimas gracias Adrián. Podría esperar unos minutos en
lo que busco dinero para pagarle.
-No es necesario, cuando un viaje te deja un enseñanza no
tienes por qué esperar nada más a cambio. Señoritaaa…
El enfatizo de la misma manera esa palabra para que yo
respondiera al igual que él.
-Alison…Alison Marcs… El apellido de mi padre, salió sin
previo aviso.
-Entonces…ha sido un placer señorita Marcs…hasta luego.
El conductor se despidió con un grácil ademan y desapareció
en la esquina para regresar seguramente a su trabajo. No sin antes dejar en mí,
lo que posiblemente es mi primer cumplido por parte de un hombre.
Una gran sonrisa llenaba mi rostro, me di la vuelta. Y hay
tenia, justo delante de mí aquel lugar que por muchos años fue más un rincón de
soledad que un hogar, y eso era justo lo que buscaba ahora.
Abrí la puerta principal, lenta y silenciosamente. No había
nadie, pero quería cerciorarme por completo, solo introduje la mitad del cuerpo
y comencé a gritar:
-Hola??...Hay alguien???
No había respuesta alguna y eso me tranquilizaba. Pase por
completo y cerré la puerta detrás mía. En efecto no había nadie en lo absoluto,
y todo estaba igual de cómo lo deje cuando salí. Solo una cosa era diferente.
La contestadora maraca que tenía mensaje.
-Hola, Chris. Soy Sam…te estamos buscando por todos lados.
Espero que recibas mis mensajes. Te esperamos…Adiós
-Hola…Soy yo de nuevo Sam…pronto empezaremos, y
bueno…llámame…Bye.
-Hola, Chris…la fiesta se pospuso…te esperamos mañana…Soy
Sam…Chao…
-Hola de nuevo Chris, me pasaron tu celular, espero tu
respuesta...Bye.
Ok…esto es nuevo, y en realidad lo era. Nunca nadie llama a
mi casa, todos los clientes de mis padres se comunicaban por sus números
privados y en el caso de mis hermanos, nunca salían del celular así que esto
era muy…peculiar.
-Claro, mi celular.
Antes de que me dejara Paty me entrego mi celular (el
anterior claro)…busque en los únicos 2 bolsillos que tenía mi diminuta prenda
pero solo encontré el que me regalo Paty.
-Qué más da. Me dije hacia mí y comencé a redactar en aquel
blanco celular…
-Gracias, ya recibí tus mensajes. Eres muy linda por la
fiesta pero no puedo asistir.
Estoy fuera de la
ciudad y no regresare hasta después. Disfruten ustedes. De nuevo gracias.
Listo simple y conciso. No tendría que dar más explicaciones
porque no contestaría de cualquier forma. Conociéndola, no dudaría en seguir mi
consejo y disfrutar sin mi…claro esta.
-Ok :´(…Trataremos de divertirnos, ojala regrese pronto y te
celebremos XD bye.
Listo, una cosa menos que preocuparme. Chris no regresaría,
no por el momento.
Ahora…¿Cómo entrar en la fiesta?
Pasaban los minutos y yo seguía andando de un lado al otro
de mi casa tratando de pensar en un buen plan para poderme colar a la casa de
Samanta y lograr “fingir” toda un historia sobre mí.
Subía y baja las escaleras, recorría la sala de estar hasta
la cocina, entraba y salía al patio trasero sin poder imaginarme nada. Justo
cuando estaba por darme por vencido, se me ocurrió un plan genial, una
cuarteada perfecta que podría ir manipulando conforme lo necesitara. Era una
idea simple y sencillamente perfecta.
-Solo me falta la ropa perfecta y será todo un éxito.
La ciudad en la que vivía se distinguía por su peculiar
clima...
Algunos días tenías que usar guantes y bufanda por el frio
congelante que se sentía a las primeras horas de la mañana, pero a medio día podías ver las fuentes de sodas llenas de clientes que buscaban un helado para
refrescarse un poco, algunas noches no podías conciliar el sueño por falta de
calor y otras no podías dejar el aire acondicionado toda la noche refrescando,
en el closet de cualquier persona puedes encontrar desde un abrió largo hasta
un traje de baño.
Cosa que a los propietarios de las tiendas departamentales y
distintas boutiques de ropa les resultaba un deleite para sus cuentas
bancarias, motivo por el que existía “MARCELINI´S”, el centro comercial en el
cual existían tantas formas distintas de gastar hasta último céntimo de tu
dinero y mi próximo destino…
055….comencé a marcar el numero de un taxi que tenía
apuntado mi madre en el refrigerador.
-Hola¡…Si. Avenida Marshall a “MARCELINI´S”. Claro, Muy
amable.
5 minutos tardo en llegar el taxi a mi puerta, con velocidad
y con un muy buen plan en mente aborde el transporte conducido por una mujer
joven limitándome solo a decir.
-Buenas tardes, “MARCELINI´S” si es tan amable.
Y mirando como quedaba atrás la casa de mis padres una
sonrisa se dibujaba en mi rostro dejando en mi una sensación de gozo y
entusiasmo por llegar a ese centro comercial….