Todo era un caos en mi cabeza. No
entendía nada de lo que sucedía y eso me
perturbaba mucho.
Cada cosa era tan irreal que
nunca por mi cabeza hubiera paso que algo como eso fuera posible.
-Es totalmente imposible.
Me repetía a mí mismo una y otra
vez en mi mente, pero al estar aún sentado con las piernas cruzadas ese espacio
entre mis piernas me decía lo contrario.
Cada vez que me repetía a mí esa
frase mi ser me decía algo diferente.
Doblegue mi cuerpo hacia delante
apartándome del respaldo del sillón, cerré mis ojos y agache mi cabeza. No
entendía cómo era posible esto.
Acerque
mis manos a mi rostro para poder recargar el mismo sobre ellas pero al intentar juntarlas algo que sobresalía de mi pecho las apartaba la una de la otra.
Retire
mis manos de mi rostro y lentamente abrí los ojos. El ritmo de mi corazón se
aceleró, sentía como si mi corazón lo tuviera en la garganta.
Mire hacia abajo
y tras un mechón delicado de color dorado……ahi estaban, 2 perfectos pechos que
sobresalían de aquel sujetador blanco,
mire hacia abajo, hacia mis piernas y delante de mí… un triángulo color azul se
formaba en la unión de mis 2 piernas que se encontraban cruzadas.
Un ruido distante de aquella
pasividad que reinaba en la habitación invadió mis oídos, el sonido penetrante
que provenía de la puerta de color blanco que se encontraba delante de mi
retumbo en mi cabeza.
Una persona daba golpes delicados que
solicitaban mi permiso para dar paso a su entada fueron los que me alejaron de
aquel trance en el que me encontraba.
Una vos masculina que denotaba
una juventud comenzó a hablar detrás de aquella puerta blanca y lo que dijo
fue:
-Servicio a la habitación para….
Hubo un pequeño silencio el cual
fue interrumpido por:
-Para la señorita…..Alisson, de parte de Patricia Alvarado.
El miedo se apodero de mí y lo
primero que hice por mera inercia fue responder a aquellos golpes con un grito diciendo:
-¡Un segundo por favor!
Pero mi grito fue ahogado por mis
manos, el sonido que mi ser había emitido era totalmente extraño, una voz delicada
y con un tono de sensualidad indiscutible era la responsable de mi sorpresa.
La vos detrás de la puerta me
respondió de una manera muy cortes y paciente a la vez:
-Ok señorita, esperare.
Camine a mi habitación en busca
de algo que cubriera mi cuerpo que se encontraba prácticamente desnudo, recorrí
los cajones de los "buros" que estaban colocados a los lados de la cama con la
esperanza de encontrar en ellos algo que me sirviera como atuendo.
Encontré una bata de baño color blanco con las letras del hotel bordas en dorado la cual era un tanto pequeña pero no lo suficiente como para no poder usarla.
Me
coloque aquella prenda la cual tenía una cinta a la altura de la cintura para
cerrar la misma, mientras caminaba a la puerta entrelace la cinta en forma de
que cumpliera con su función.
Retire el seguro de la puerta
permitiéndole la entada al joven que momentos atrás se había identificado como
uno de los empleados de servicio a la habitación.
Lo primero en entrar a la
habitación fue un carrito de desayunos que transportaba una bandeja de color
plata con un desayuno. Detrás de este un joven un tanto atractivo que llevaba
puesto un uniforme color rojo con botones dorados paso empujando su carga
delante de él.
El joven cerró la puerta por la
que ingreso a la habitación, yo detrás de aquel joven miraba como desempañaba
sus actividades y en el momento en el que giro su rostro en busca de mi persona
lo primero que note, fué que su actitud de confianza y respeto desapareció.
En su rostro cambio por completo y
notaba incomodidad para mantener su mirada sobre mí. Yo no entendía el porqué
de su cambio hasta que note que su mirada se enfocaba por debajo de mi rostro.
Mire hacia mi pecho y note que la
bata de baño había quedado mal acomodada en esa zona por descuido mío dejando
al descubierto aquel sujetador blanco a vista del muchacho. El joven se percató
que había descubierto el causante de su incomodidad por lo que giro su rostro
hacia el carrito de desayuno y pidió disculpas.
Yo estaba petrificado de pena al
escuchar sus disculpas, tome con ambas manos un lado de la prenda
respectivamente y como si tratarse de ocultar lo que era evidente cerré la
bata.
El joven solo me dijo:
-Esto se lo manda la señorita
Patricia junto con esto…
Al decir esto extendió su mano y
me entrego una bolsa de una tienda aparta-mental femenina muy conocida
agregando:
-El resto está afuera de la
habitación.
Y como un rayo desapareció de la
habitación saliendo sin pedir permiso alguno.
Yo estaba muerto de pena, pero a
la ves estupefacto. El joven había visto algo por erro, una mujer que cometió
un accidente no era su culpa. Pero yo era esa mujer.
Todo me
confundía mucho, olvide ese accidente y mire dentro del interior de la bolsa,
tenía ropa interior femenina muy provocativa así que la deje de lado y camine a
fuera de la habitación para encontrarme
con una gran cantidad de bolsas que suponía contenían ropa.
Metí las bolsas en la habitación,
eran las 10:20 de la mañana y tenía mucha hambre así que deje de un lado las
bolsas y destape la charola de aquel desayuno que estaba en el carrito que dejo
el chico de servicio a la habitación.
Era unos huevos a la canasta con
un cóctel de frutas y un vaso de jugo de
naranja, era mi desayuno favorito.
Tome la bandeja del carrito y la
coloque en la mesa del serví-bar, este se encontraba en la esquina de la
habitación. En un costado del desayuno había una tarjeta doblada que mientras
me comía el platillo leí, esta decía:
-Ojala
que te guste mucho MI NIÑA, sé que es tu desayuno favorito, cámbiate y ponte
linda que hoy vamos a salir a buscar TU VERDADERA VIDA.