Mi verdadera vida
CAPITULO 2
Hera vienes 15 de
marzo y mi cumpleaños iban a caer domingo el perfecto día para festejarlo, en
mi salón había un grupo de chicas que buscaban el más mínimo pretexto para
organizar una fiesta y mi cumpleaños seria el motivo perfecto para que ellas organizaran
algo “para mi” (digo esto debido a que solo lo hacían por el hecho de
“fanfarronear” el dinero que tenían y no el de celebrarme) pero
yo lo que menos quería era que llegara ese día pues eso significaría tener que convivir más
tiempo con mi familia y ya no podría ver a Paty termino el día y me dirigí a mi
casa cuando mi amigo Fernando me detuvo con algunas chicas que para mí eran
“súper atractivas” y me dijo:
-¡¡Oye Chris ¡¡ las chicas y yo pensamos en organizarte algo
en casa de Samanta el Domingo para celebrar tu cumpleaños.
Abra de todo:
-Un buen DJ.
-Buena comida.
-Hasta un espectáculo para animar la fiesta.
A pero tranquilo también habrá donde conectar a tu “Novia”
para que se te haga aburrida la fiesta.
Este último comentario lo hiso debido a que yo no salía a
ningún lugar sin mi laptop para poder jugar, además que lo hiso únicamente para
intentar quedar bien con las chicas que lo acompañaban.
Yo no dije nada acerca del comentario de Fernando porque era
el único que me hacía caso en clase y no lo quería perder así que solo le dije:
-Gracias em… nos veremos allá.
La tarde de ese día lo
que hice fue estar en mi cuarto jugando como
el adicto que era en el Xbox y solo bajar por lo indispensablemente necesario
como la comida, desperté el sábado alrededor de las 10:00 de la tarde pues no
había dormido bien al desvelarme jugando la última noche, baje las escaleras de
mi casa y me imaginaba que encontraría a mi familia haciendo algo por mi cumpleaños o algo así pero
estaba solo en mi casa. Desayune y me imagine que salieron por algo a la tienda
o a un centro comercial así que me aliste para la salida anual por mi
cumpleaños a casa de mis abuelos.
Me gustaba ir pues me encontraba con mis primos y mi familia
se comportaba como la familia que yo quería que fueran.
Pasaron 2 horas y al no llegar me dispuse a jugar en mi
laptop, me senté en un banco con esta en las piernas, pasaron 2 horas más y me comencé a alarmar
pues el viaje a casa de mis abuelos es
de al redero de 4 horas y si no llegaban pronto no llegaríamos con suficiente
tiempo para aprovechar, en eso se me ocurrió que ya estaba en la compu mandarle un mensaje por
Facebook a mi hermana pues ella era la clásica chica que se la vive en las
redes sociales , pero como mi
computadora tenía una versión de Windows antigua para que siguiera corriendo
mis juegos clásicos era necesario abrir el muro de la persona para poderle
mandar un mensaje pues las ultimas 5 actualizaciones de Facebook no las acepta
por lo mismo de su versión.
Abrí mi navegador y Facebook en el mismo, ingrese a mi
cuenta y ¡tenía 1 notificación! Era de Candy Crush , abrí rápido el muro de mi hermana y al
comenzar a cargar la página cada imagen, cada pixel y cada letra que cargaba rompía mi corazón
cada vez en una parte más pequeña que la anterior, las lágrimas derramadas en
mi teclado escurrían al mismo ritmo que
las de mi rostro.
No habría problema con el tiempo para llegar ya que ellos estaban
en un hotel descansando.
Estaba consiente que yo no formaba parte de su vida, pero
dejarme en mi cumpleaños solo mientras
ellos estaban con todos los lujos en unas “mini vacaciones” era algo demasiado
cruel incluso para ellos.
Solté mi laptop y esta cayó al suelo mientras yo lloraba
descontrolado acerca de lo sucedido.
En mi cabeza pasaba la imagen de ellos disfrutando mientras
yo estaría solo en mi casa en mi cumpleaños.
Ya eran las 9:00 pm. Cuando termine de llorar, seguramente
porque ya no había más lágrimas en mis ojos que soltar. Me levante del banco,
seque las lágrimas que aún mojaban mis rojos ojos levante mi laptop del suelo y la coloque en
el banco, tome mi sudadera que se encontraba en el perchero de la entrada de mi
casa, tome mi cartera de ella y me la puse en el bolsillo de atrás de mi
pantalón, salí de mi casa, serré la
puerta con llave y me dispuse a caminar como toda mi vida lo hice…..SOLO hacia
el único lugar en el que me sentía realmente feliz esperando que estuviera
abierto aun cuando ya era muy tarde.
La ciudad estaba desierta ni un alma pasaba por ahí, el aire
de este invierno era abrumante y me calaba hasta los huesos, el único sonido
que se escuchaba en aquella larga calle empedrada la cual era delimitada por
arboles de cada lado eran mis pasos, el sonido de mis tenis chocando con cada
paso contra esa fría calle.
Ya llevaba caminando al redor de 40 minutos sin ver ni un perro en mi camino,
pase por mi escuela ya estaba cerca del
café, a solo unas cuantas calle encontré a una señora de edad avanzada caminando
en la calle, era mayor pero denotaba clase a mas no poder, me acerque a ella y
la señora me saludo diciendo:
-buenas noches hijo.
Yo de una forma muy cortante y un tanto grosera dije:
-de buenas no tiene nada.
La señora intrigada por mi respuesta me pregunto:
-¿vivir una noche más para ti no es feliz?
Me detuve a contestar a la señora y logre mirarla
detenidamente un par de segundo, efectivamente era una señora de edad un tanto avanzada
pero no tanto como para perder la
capacidad de moverse, tenía el cabello
negro con algunas canas que” el tinte” seguramente ya no podía cubrir y una
pequeña cicatriz en el pómulo que seguramente no podía cubrir con el sutil
maquillaje que llevaba.
Era una señora común, de echo me recordaba bastante a
alguien pero no podía recordad a quien pero sin duda sentía que yo ya la conocía.
Después de “barrerla” de pies a cabeza, yo le conteste:
-No señora, no lo es.
Ella me pregunto:
-¿Por qué? ¿Acaso sucedió algo el día de hoy?
Le respondí:
-No lo entendería
Ella se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla, me dio un
abrazo y me entrego un pequeñísimo regalito diciéndome.
-Que todos tus deseos en esta noche se cumplan, un pajarito me dijo
que hoy es tu cumpleaños felicidades.
-Los ciento señora pero no la conozco.
La perdí de vista cuando se dio la vuelta en una esquina
mientras yo veía que me dio.
Guarde el regalito en mi bolsa de enfrente y seguí caminado
al Café pensando en lo que la señora quiso decir y aun mas ¿Quién demonios era
esa señora que regala algo a un muchacho que no dice conocerla en plena calle?
Camine al Café, estaba abierto y por la ventana se veía a
Paty en su pequeño escritorio leyendo y tomando un café.
Toque la puerta y ella angustiadísima corrió a abrirme pues
aunque estaban abiertas las persianas, la puerta de cristal gruesa estaba
cerrada por obvias razones, me abrió dándome un abrazo diciéndome:
-Chris ¿Qué haces aquí?
Yo le pregunte lo mismo mientras pasábamos al
Café
No hay comentarios:
Publicar un comentario