Me encontraba completamente desnuda enfrente de aquel espejo
de cuerpo completo, era tan excitante, tan aterrador y tan extraño mirar no
solo una chica desnuda delante mío, sino saber que la chica en realidad era yo,
tan extraño pero eso…
-Me gusta.
En mi cabeza un mar de emociones se peleaban con mi cordura
lo que provocaba que tuviera una rara
mezcla de temor y fascinación por todo lo
que “mi ser” representaba, podía sentir el ritmo de mi corazón tan acelerado
que por un instante pensé que me podría dar un arritmia, en mi estómago podía
sentir esa sensación de vértigo que te produce la emoción de algo nuevo por
explorar.
Desde que me mire por primera vez en el espejo del baño la
duda de cómo sería mi cuerpo desnudo invadía mis pensamientos pero nada de lo
que me podría haber imaginado se comparaba con lo que mis ojos eran testigos.
El tono de mi piel era realmente hermoso, pero había algo
aún más delicado y hermoso que mi piel…...mis pezones.
Nunca antes había visito unos en mi vida (está claro que
alguna vez mire algunos en fotografía o videos, pero nunca en la vida real).
El tono de la areola era tan delicado, comenzaba a aparecer
tenuemente en mi piel justo en el centro de mis pechos, iba oscureciéndose
lentamente a medida que se acercaba a la cúspide de mis aún pequeños pero muy
bien formados pezones.
Cada vez que intentaba armarme de valor y tocar uno de ellos
mis manos retrocedían ante el miedo punzante de lo desconocido.
Respire lo más profundo que puede, exhale todo el aire de
mis pulmones y determinado a lograr mi objetivo pose una mano sobre mi pecho
derecho.
Ya antes había tocado esa nueva parte de mi cuerpo pero esta
vez fue totalmente diferente, el rose de mi tacto contra mi pecho desnudo e
indefenso, estremeció todo mi ser dando un clase de descargas que viajaban
desde mi pecho hasta mi terminal provocando que todos los nervios de mi cuerpo
respondieran al estímulo de mi pezón.
Sin darme cuenta comencé a intensificar el movimiento de mis
dedos, hasta el punto de comenzar a frotar desenfrenadamente la yema de mi dedo
índice sobre aquella parte de piel que respondía en cantidad a los estímulos
que le provocaba.
Las fuertes descargas nerviosas que sufría mi cuerpo
doblegaba un poco mi postura mientras se estremecía cada nervio que conocía,
todos y cada uno a la par que mi dedo tocaba mi pezón.
Un gemido delicado, casi imprescindible se escapó por mi
boca ante el incesante movimiento de mi dedo, el cual aunque fue muy pequeño
vasto para secarme del trance en el que me provoque entrar.
La excitación que me
había provocado arranco de mi mente todo lo relacionado a mi moralidad, solo
podía pensar en volver a sentir al placer que mi cuerpo había experimentado.
Tome entre mis dedos mi pezón izquierdo, note que ahora sobresaltaba
de mi piel y estaba muy duro, su tamaño parecía que había aumentado ( o eso me
pareció a mi) , comencé nuevamente a frotar mis dedos descontroladamente contra
este “pedazo” de piel que tanto placer me producía y conforme aumentaba el
ritmo, el placer también aumentaba.
Estaba envuelto en un espiral de placer que solo era
limitado por la velocidad con la que mis dedos actuaban. El jugar tantos años
videojuegos había provocado que yo desarrollara una gran velocidad en mis dedos
por la necesidad de mover muy rápido las palancas de los controles y eso ahora
me beneficiaba.
(Si hubiera llegado a tener una novia antes, seguramente me
hubiera amado jaja)
Estaba prácticamente gritando del placer que me estaba auto
provocando, mi cuerpo se retorcía de un lado al otro y mis piernas comenzaban a
temblar.
De repente algo me saco de golpe del placer en el que estaba
y cambio aquellas emociones de gozo por terror.
La puerta comenzó a sonar y yo solo por acto reflejo corrí a
ella para bloquearla en caso de que comenzara a intentarse abrir. Yo con la
mano en el picaporte impedía que el cilindro girara y abriera la puerta a lo
que una vos ya conocida respondió.
-Lo siento señorita Alisson, me habían informado que se
encontraba ya fuera de la habitación. Regresare después.
El chico que había traído el desayuno había regresado
seguramente por su “carrito”. No me moleste en contestarle y solo escuche como
se alejaba por el pasillo.
-¿Qué demonios me paso? No puedo hacer esto, no tan pronto.
Tome cordura de mis pensamientos y camine al baño tomando la
ropa interior que había encontrado sin mirar atrás, sin pensar en lo que había
sucedido minutos atrás.
Yo seguía desnuda y un tanto agitada por “el momento” pero
al menos me encontraba en el baño, el hecho de tener mí cuerpo desnudo no era
algo que me agradara en lo más mínimo, pero no tenía la más mínima idea de cómo
comenzar a vestirme.
Nunca antes me había encontrado en esta posición o me había
imaginado estar en ella por favor….¿Cuantos de ustedes han intentado
vestir ropa del genero opuesto de su nacimiento mientras están en un cuerpo
prácticamente ajeno?
No, claro que ninguno de nosotros pensamos alguna vez en
eso.
Solo estaba ahí, mirando las prendas “yacer muertas” en el
piso del baño mientras yo intentaba ganar fuerzas para comenzar con tal
“titánica tarea”.
Tome el sujetador deportivo, lo mire de todos los ángulos
posibles: lo miraba del lado izquierdo, arriba, lo giraba y no entendía como me
colocaría eso, así que lo coloque nuevamente el piso y tome en su lugar la
segunda parte de lo que supondría mi ropa interior.
Lo mire unos segundos y me di cuenta que tal vez no sería
tan diferente a lo que acostumbraba vestir.
En realidad no parecía una prenda incomoda a simple vista, así que
introduje un pierna justo detrás de la otra y comencé a subir por mis piernas.
Era raro sentir como algo tan apretado comenzaba a ajustar
en mi cuerpo y dejaba cada vez menos espacio en mi entrepierna que no estuviera
en contacto con mi piel.
La sensación de libertad que ahora experimentaba en mis
piernas tenía que admitir era embriagante y cautivadora pero no puede comprobar
la realidad de esta hasta que termine de subir por completo la prenda.
Algo increíble e incomprensible para los hombres estaba
experimentando, como ya les he contado antes de que todo esto comenzara lo más
cerca que estuve de mirar una chica desnuda fue aquella ocasión de mi hermana.
Sé que es muy patético, pero ese es el recuerdo más
significativo de mi vida pero…
-¡¡Ya no más¡¡
El sentir el suave algodón con el que estaba hecha la prenda
en mi piel, sin que nada se interpusiera en mi entrepierna “encendía” cada
fibra de mi cuerpo y eso…
-¡¡Me gusta¡¡
Estaba disfrutando tanto sentir como esa simple prenda
embonaba perfectamente en cada borde, cada curva y espacio de mi pubis la cual
no dejaba nada a la imaginación. Me mire al espejo y efectivamente, la prenda
era echa prácticamente “a la medida” de mi cuerpo provocando que cada línea y
cada saliente estuviera en el lugar adecuado haciéndome lucir total y
completamente….
-¡¡Sexy¡¡
Pero había algo que a mi mente le perturbaba, gire mi cabeza
y lo único que pasaba en lo que pensaba era en aquel sujetador que antes no
había podido ni imaginar ¿Cómo podría lograr colocármelo? y ahora este golpe de
adrenalina y lujuria me incitaba a colocármelo.
Tome con cada mano un extremo del sujetador, lo coloque
enzima mío, antes había mirado que tenía la forma de una playera de tirantes
solo que parecía que la habían cortado por la mitad y bueno….tenía lugar para
algo más…pero la forma era la misma y por ende tendría que colocarlo de una
forma similar.
Introduje uno de mis brazos por la prenda, era muy pequeña y
ajustada que apenas tenía lugar para meter mi cabeza por el hueco que se hacía
entre los 2 tirantes.
Introduje el segundo brazo y me encontré en la clásica
posición que tomas justo antes de meter la cabeza en alguna playera…pero esto
era diferente, las playeras por lo general no son tan ajustadas y pequeñas que
siente que te asfixia mucho antes de que te la coloques.
Respire profundo y comencé a deslizarme dentro de aquella
minúscula prenda, pronto mi cabeza quedo dentro, pero digamos que 2 “cositas”
estaban siendo ahora lastimadas por el resorte que tenía el sujetador en la
parte baja del mismo.
Sentía como ese pedazo de tela raspaba y apretaba mi pecho,
si de comparación hablamos a la de un chico era una mezcla de diferentes
sucesos, se sentía como cuando te regalaban un camisa muy chica y cuando te la
colocabas no podías ni moverte o respirar combinada con la sensación tener una
erección cuando usabas pantalón de mezclilla un tanto ajustado.
Era algo realmente incomodo, trate de acomodar esa prenda
intentando jalarla hacia abajo, pero el tamaño de mi pecho no dejaba que la
prenda pasara y cada intento dolía “muchísimo”.
Tome un segundo aire y trate de comenzar a pensar…
-(Estira el resorte hacia delante y eso servirá.) Claro
idiota.
Estire el resorte de la prenda y la comencé a acomodar sobre
mi pecho, cuándo solté la prenda ya con mis nuevos “atributos” dentro algo que
nunca antes hubiese podido experimentar comenzaba a sentirse en mi interior.
El sujetador se sentía tan….bien, era algo que parecía
mágico. Podía sentir como el peso de mi pecho se reducía y acomodaba
perfectamente. Cada respiración provocaba un rose no intencional de mis pezones
con el interior de algodón suave y delicado que me hacía sentir cosquillas en
mi interior.
Gire mi mirada al espejo, quería ver si me veía igual de
bien que como me sentía.
-¡O POR DIOS¡ ¿ESA
SOY YO?
El mirar mi reflejo ya era un echo de impresión para mí,
pero lo que un poco de “ayuda” de parte de la industria de la lencería también
ase su parte.
Mis pechos eran aun de una chica en desarrollo y eso me
agradaba, pero con el sujetador puesto parecían de una modelo de Victoria’s
secrets o algo así, los levantaban, agrandaban y parecían más suaves y generosos
a simple vista y mi parte baja, bueno digamos que podrían decir que tengo
mínimo unos 21 y no 15.
Era increíble lo que estas industrias hacen por la feminidad
en el mundo, yo creía que la figura de las grandes modelos era solo posible
tras años y años de disciplina, pero mucho de lo que un hombre observa es solo
la magia de una buena ropa.
Comenzaba a perderme en esa figura, ver como cada línea era
perfecta y continua a la siguiente.
Comenzaba a distraerme nuevamente con mi reflejo y eso era
algo que no me podía permitir, no ahora. Estaba “Con el tiempo enzima”, en cualquier
momento el chico podría regresar o Paty vendría a buscarme.
Respire una última vez lo más profundo que pude mientras
observaba el reflejo sabiendo que esta sería solo la primera de las muchas veces
que lo aria a partir de hoy. Una simple acción que para mí significa todo lo que viví y todo lo
que viviré.
Regrese a donde había dejado el resto del atuendo que usaría
y comencé a colocarme cada prenda en su respectivo lugar:
-Cada pierna en el pequeño short azul
-La blusa que usaría
-Los pequeños y cómodos flats de color gris.
Todo igual de femenino, igual de fascinante, igual de
perfecto.
Termine y estaba decidida a salir de mi habitación, este
lugar que ha sido todo lo que conozco del mundo desde aquella noche. Gire
lentamente el picaporte de la puerta y…..SALÍ
Solo tenía mi nuevo celular, mis 200 pesos que saque de mi
cartera justo antes de salir y una nueva vida por delante.
¿QUÉ MAS PUEDE
FALTAR?
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