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Las grandes compañías y empresas buscan cada vez más maneras de
despojarnos de nuestra libertad haciéndonos dependientes de sus productos que
en forma crítica son inútiles, pero debido a la “madures” de nuestra sociedad
son de carácter prioritario.
Nosotros nos empeñamos cada vez más en ser esclavos de estas
macabras sociedades, acarreando deudas que no podemos cubrir y teniendo que
empeñar nuestra alma en ocasiones para que estos implacables verdugos que son
los cobradores del buro crediticio no se adueñen de nuestra vida.
Pero que más da, solo son 6 meses. Seguro que puedo pagar
incluso antes. Además, mi primo me debe unos cuantos miles, en cuanto me pague seguro
que no me tengo que preocupar mucho más.
Vamos, cómpralo. Te hace mucha falta ese nuevo reloj, esa nueva
computadora, esa nueva pantalla o ese nuevo celular, no es como que si el reloj
de hace un año no de la misma hora, o esa computadora que compraste sin saber qué
hace las mitad de las funciones ya no tenga almacenamiento en esos 750 gb.
Nosotros necesitamos esas cosas o que acaso no eres humano?.
Nunca me había preocupado anteriormente por este tipo de
frivolidades, repudiaba las modas y deseaba la muerte a las personas que
compraban cosas inútiles como ese nuevo “Overboard” solo para estar en
sincronía con el mercado.
Pero ahora que estaba pasando por cada una de las más de 150
tiendas de este mega emporio departamental, me daba cuenta que en realidad no
pertenecía a esta generación impulsiva por el dinero y los objetos materiales.
Cada vez que giraba mi cabeza en cualquier dirección, solo
provocaba que mis ojos se deslumbraran por ese color tan brillante que las
luces de los aparadores tenían para que llamaran aún más la atención.
Había pasado más de 20 minutos desde mi llegada y yo solo seguía
caminando sin rumbo fijo sobre los amplios corredores del interior de la
“plaza” en la que estaba.
Era un centro departamental que en su interior era más grande
que la propia universidad de mi ciudad.
El edificio era casi en su totalidad de color blanco, exceptuando
las esquinas y las trabes de apoyo de su construcción que eran de color gris.
Tenia una 5 o 6 entradas repartidas de manera “estratégica” por su perímetro
para que pudieras ingresar.
La fachada y las entradas de este mega emporio monopolizado,
tenían una letra “S” de color dorado sobre cada una de las entradas de cristal
que abrían cuando el sensor de movimiento te detectaba.
Las puertas minimalistas de cristal azulado y la fachada
simplona, no eran en realidad una idea anti estética para un centro departamental
tan grande como este, el arquitecto responsable de su diseño estoy seguro que tenía
mucha experiencia en este campo, debido a que lo último que necesitan lugares
como este es que las personas pierdan el tiempo y su interés en una fachada
cuando dentro hay un “mundo” completamente distintito entre planta y
planta.
La primer zona que encuentras cuando entras por esas puertas automatizadas,
son los negocios poco formales y por mucho los
más “simples” de todo el lugar.
Pequeños locales comerciales encontrados en el entremedio de una
explanada enorme que en su centro más cúspide y de ebullición más notorio tenía
una fuente muy simple pero elegante, que en sus extremos tenía unas bancas de
madera para poder descansar un poco.
Más que establecimientos definidos parecían “islas” artificiales
que se alzaban a flote en este mar de personas con sus fundas para celulares o
postres baratos, simples caprichos que cualquiera podía darse el lujo de pagar
unos 5 o 6 dólares por ellos.
Irrelevante eran estas zonas, debido a que mientras más te acervabas al centro de este edificio multi-zonario, las “islas” se iban acabando de poco a poco, para dar lugar a lugares a los verdaderos establecimientos que formaban parte de este centro comercial y que orgullosos tenían sus letreros con el nombre de la marca que representaban iluminados con luces que dejarían ciego a más de uno si lo miras muy de cerca.
-Starbucks
-Italian coffee
-Forever 21
-Pull & bear
-American eagle
-Devlin
-American Polo
-Swiss Army
-Coffee central
-Sasha
Maracas tan grandes y reconocidas que harían temblar a cualquier
otro rival de estas sin temor ni dudar.
Tiendas comerciales destinadas a cualquiera consumidor que pueda
darse el lujo de pagar sus buenos 8 o 9 dólares por un café, cada paso que das
y te adentras más al interior de este titánico lugar, puedes sentir como tu
cartera cada vez grita más que no la sigas “exprimiendo” . Pero todo esto acaba
cuando llegas al medio de todo esto y estas delante de la zona que tiene un par
de elevadores de cada lado traslucidos como los del hotel de la noche pasada,
pero a diferencia solo tiene 3 botones y son en diferencia más amplios.
Las zonas superiores no eran tan variadas ni compartían “lugar”
ente las muchas tiendas.
El segundo piso era menos interesante pero igual de enorme, esta
planta albergaba las tiendas de aparatos electrónicos y la zona de comida que
compartía lugar con el cine de la plaza.

El último piso era destinado en su totalidad a locales de ropa
sin consideración ni por un instante a una variación en su paisaje capitalista.
Tiendas y más tiendas de ropa se extendían a lo largo y ancho de los pasillos
muy bien iluminados y mucho menos concurridos que sus antecesores
desafortunados.
No importaba donde miraras, eran nombres que siempre
reconocerías de algún lugar u otro, algunos locatarios y cadenas tenían incluso
varios locales en distintas zonas del mismo piso, como si no fuera suficiente
con solo una sola.
No se me ocurre ningún nombre de alguna marca, que no estuviera en algún lugar colgando de la
fachada de alguno de sus establecimientos, era imponente y atemorizador ver
como todo el consumismo del mundo se reflejaba en unos cuantos metros
cuadrados.
La atmosfera era imponente, tu cabeza solo daba vueltas y
vueltas por toda la cantidad de ropa que podías imaginar con solo ver por el
exterior de los cristales transparentes de cada distinta tienda.
Dejando de lado toda la confusión que mi cabeza experimentaba,
mi cuerpo más que por voluntad, fue mera inercia lo que me dirigió a la primera
tienda que no era solo exclusiva para caballeros. Entre por la puerta y comencé
solo a caminar entre escaparate y escaparate sin siquiera saber que estaba
buscando o tan siquiera que me había hecho entrar en esa tienda. Era de una
extensión muy considerable y tenía secciones para cada tipo de persona.

No había pasado mucho tiempo desde que entre cuando mi mente
comenzó a perder el interés en la tienda por completo, era un problema que yo
siempre había acarreado con el paso de los años. Cuando de videojuegos o
películas se hablaba podía permanecer en las tiendas 2 o 3 horas sin problema
alguno, pero sí de ropa nos referimos, solo tardaba escasos 45 o 50 minutos y
tenía ropa suficiente para todo un año.
Se me hacía tan aburrido compra ropa que siempre tenía el closet
con escasas prendas que alternaba entre día y día. Mi escuela al ser privada
tenía un estricto código de vestimenta y era imposible pasar de la puerta
principal sin el uniforme, así que esa era la razón detonante por la cual nunca
tuve interés en comprar ropa de manera constante.
Y ahora estaba aquí, sintiendo esa misma sensación de ansiedad
para terminar y salir de una buena vez de la tienda, pero ahora estaba perdido
por completo. Solo seguía caminando, adentrándome más en esos pasillos que la
iluminación artificial hacía parecer de color dorado sin ya detenerme no mirar
nada.
Mi limite llego y está decidido a salir de la tienda cuando
después de los 5 minutos más largos de mi vida de solo caminar sentí nuevamente
una emoción tan fuerte que me hiso darme cuenta de mi situación actual.
De una de las múltiples bifurcaciones pude escuchar un sonido
tan desquiciante que petrifico mi cuerpo. Algunas veces pensé en ir al
psicólogo porque la cantidad de trastornos tan excéntricos que tenían
comenzaban a preocuparme, muchas personas sufren ataques de pánico cuando están
relacionada a situaciones traumáticas de su vida, un accidente o fobias de la
infancia.
·
Aerofobia
·
Claustrofobia
·
Necrofobia
·
Sociofobia
Son solo algunos nombres de fobias y transtornos que pueden detonar
estos ataques.
En mi caso este trastorno tenía no uno; sino dos nombres.
Lyla
Marisa
Las 2 mejores amigas de mi hermana.
Había escuchado su risa provenir de pocos metros de donde estaba
yo, motivo suficiente para que mi cuerpo reaccionara y mi mente colapsara.

Bailarina principal de la academia de artes modernas y
contemporáneas, ganadora de múltiples certámenes de belleza y concursos de
ballet a niveles casi profesionales.
Marisa: 161 cm de misterio e historias que nadie nunca pudo
comprobar como ciertas. Un libro que nunca se supo quien escribió ni que hay
detrás de cada capítulo. Impresionantes vivencias dignas de cualquier historia
llevaba a la pantalla grande.
Una joven de cabello casi tan obscuro como las noches de
invierno, de un cuerpo tan perfecto milimétricamente hablando que sus ojos
color azules no son sorpresa. Una voz armoniosa y dulce, sin pecar de ser
chillante. Jugadora del equipo de tenis y campeona en parejas junto con su
mejor amiga, nadie nunca ha sido su novio y jamás se le ha visto llorar ni siquiera
en el sepelio de su madre. Hija única del director de la máxima casa de
estudios de la ciudad y alumna perfecta por antonomasia.
No podía creer la mala suerte que tuve para encontrarme con este
par en la única tienda donde solo estábamos ellas y yo.
Nunca fueron malas conmigo o propiciaron abusos sobre mí.
Tampoco habían sido cómplices o partidarias en actos que me afectaron de manera
directa. Éramos conocidos, pero nunca hablamos o tan siquiera respondíamos el
saludo.
No tenía motivo real para odiarlas. Ellas y yo lo entendíamos, solo estuvieron
presentes en el lugar y momentos equivocados, ellas eran solo un recordatorio
más de lo que mi familia seria si yo no existiera, así que mi mente relacionaba
esa risa con el suceso que separo a mis hermanos de mi vida para siempre.
Era 2006
Los meses de verano seguían su curso y el calor de este año era
un clima para recordar.
Los días de las vacaciones corrían a un ritmo alarmante para un
grupo 3 hermanos que pasaban el mayor tiempo posible jugando y divirtiéndose
sin preocupación del futuro a venir.
El mayor de ellos corría con una pistola de agua por todo el
patio trasero de su casa, mientras en sus bolsillos los globos que aún no
tenían agua salían brincando fuera de ellos.
Tenía un objetivo, en realidad eran 3 objetivos, con toda la
maldad posible y la picardía que representa ser un adolecente disparo sin remordimiento
a sus despreocupados blancos.
Estos estaban en el borde de la piscina y a solo 6 metros de
distancia. Eran de un color rosado y un tanto rojo por el sol que había ese
día. Sin desperdiciar el factor sorpresa que había logrado apretó el gatillo
liberando toda la presión que contenía el tanque de agua de su juguete
veraniego.
Las 3 niñas corrían y gritaban de sorpresa. Esa sensación momentánea
que hiela hasta el último nervio al sentir como el agua fría recorría sus
cuerpos y empapaban sus revistas con el rostro de sus ídolos dejaba salir unas
risitas burlonas entre sus gritos de exaltación. Una de ellas, la de cabellera negra, a la sensación
de sorpresa resbalo dentro de la piscina de color azul turquesa en la que
remojaba sus pies, dejando solo en la superficie del agua flotando hojas de
papel que comenzaban a disolverse y una gafas de color negro que comenzaban a
hundirse lentamente.
La rubia, comenzó a gritar sin temor a ser escuchada en todo el
vecindario con esa voz tan aguda que esta guardaba en sus pequeños pulmones.
Mientras que la chica más picara de las 3 agarraba un globo que estaba
guardando detrás de sus pies para una situación como esta. Aferrada a esta vez
no fallar como sus últimos 2 intentos.
Todo era risas en el patio de atrás de una casa recién comprada
por una familia con un futuro brillante en camino.
Pero del otro lado de la ciudad, en un hospital un niño que solo
quería formar parte de la diversión esperaba temeroso en la sala de espera
momentos antes de su cirugía.
El pobre niño de escasos años tenía un defecto que muchos a
primera vista podrían creer que era un regalo, pero para un experto en la salud
sabía que era un problema un tanto preocupante.
Los ojos del infante se teñían de un color cada vez más gris, opacando su color azul de nacimiento, los
padres del niño terminaban de firmar los papeles necesarios para dar luz verde
a esta revolucionaria cirugía con el remordimiento de en parte ser responsables
de este suceso.
El niño traba desesperadamente de leer las letras de su libro de
colorear, el cual tenía a estas alturas ya muchos trazos fuera de los límites
de las figuras el cual no podía percibir.
A la llegada de sus padres por esa puerta blanca que parecía
nunca abrirse el niño rompió el llanto en los brazos de su padre y este solo le
daba palmadas de ánimo a su hijo mientras la madre decía palabras que
controlaran al infante.
En unos minutos después el niño ya estaba en la sala de
operación y la máquina de láser comenzaba a trabajar sobre el iris y la córnea
del pequeño, unas 2 horas tardo en ser apagada la maquina desde que comenzó el
doctor a trabajar en el ojo del niño y después salieron ambos, ahora solo 1 de
ellos con los ojos sin “vendar”.
La cirugía estaba hecha y solo era cuestión del pasar de los dias
de saber si era un éxito.
Al llegar a la casa de esta pareja solo se escuchan las risas de
las 3 niñas y las carcajadas ahogadas del joven entre cada explosión de globos
que contenían agua, cuando de pronto hubo silencio y la voz gruesa del padre se
hiso presente con un tono de desaprobación
brutal.

El mayor no se contuvo en sus respuestas y deseo lo impensable a
su hermano que estaba escuchando todo imposibilitado de ver, argumento que fue
precedido por su hermana menor, un silencio reino sobre la escena unos cuantos
segundos y ambos terminaron siendo golpeados por el padre de una rápida bofetada,
la voz del pequeño que comenzó a romperse solo pronuncio las palabras que hace
días había escuchado decir a su madre cuando esta hablaba con su esposo en la
habitación contigua….
“Solo soy un estorbo que cuesta dinero y tiempo. Un niño que
será pronto ciego y tonto”
-Mamá me puedes enseñar a morir como el abuelo Adrián?
La casa fue un silencio sepulcral y la madre solo dijo:
-Tu padre no me dejo hacerlo hace unos años. Hasta tú entiendes
que no meres vivir con nosotros.
Solo fue cuestión de tiempo para que el padre también deseara la
muerte al niño, este ya no quería saber nada de su familia y quería solo vivir
para el mismo. Los parches fueron cambiados por lentes en un par de semanas y después
de unos años por lentes de contacto.
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