miércoles, 22 de enero de 2014

Mi verdadera vida CAPITULO 5

Mi verdadera vida.
CAPITULO 5
Una joven muy linda atendía la oficina donde te registrabas, Paty pedio dos suites.
Me dijo:
-Cuando quieras subir esta es tu llave, sé que es muy temprano pero estoy muy cansada y me dispongo a subir ya, pero si tú quieres divertirte en el hotel has lo que quieras solo carga los montos a mi cuenta ok?
Al decir esto me entrego mi llave y una tarjeta de crédito color azul de una cadena bancaria muy popular.
-Por tus padres no te preocupes sabes que ellos no regresaran en mínimo una semana y que importa el lunes para nosotros hoy es viernes.
Como yo no tenía sueño me pase las horas caminando en el jardín del hotel, era un lugar muy solitario por el costo del mismo y en especial por las fechas que acontecían.
Solo pensaba que si esta fuera mi vida sería perfecta.
A lo lejos vi a la señora que me entrego el regalito la noche anterior, me acerque a ella pidiéndole una disculpa por mi actitud pasada.
La mujer solo sonrió y me dijo:
-¿Y…? ¿En esto gastaste tu deseo?  Una vida de lujos y excesos.
-No señora solo estoy esta noche aquí,  mañana regresare a mi vida normal.
-Entiendo pero… ¿Entonces en que gastaste tu deseo?
Su interés sobre algo que para mí fue una tontería cursi e infantil era muy grande a lo que respondí:
-El deseo no ha sido pedido haun, decidí que otra persona tomara parte de ese regaló.
Su mirada demostraba cierta preocupación  por lo que le comente pero de inmediato me dijo:
-Ojala que seas feliz Chris, me tengo que ir, feliz cumpleaños.
Se levantó de la banca donde conversábamos y rápidamente se fue , solo me repetía a mí mismo…..
-Que “PECULIAR” persona.
Me dirigí a mi suite a pasar la noche, camine por el jardín hacia el elevador del hotel.
Llame el mismo pulsando un botón color dorado que al tocarlo fue sucedido por el clásico sonido de un elevador  que se abre para poder pasar a su interior (‘’’Tin’’’).
El elevador era transparente y podías notar el jardín por la traslucida del cristal del mismo. Introduje mi llave en forma de tarjeta en la hendidura del tablero de pisos y automáticamente el ascensor me comenzó a transportar  a mi piso indicado. 
Llegue a un piso donde existía un enorme pasillo muy bien iluminado con alfombras de color rojo que se extendía de derecha a izquierda  ante la puerta del ascensor,  no savia a donde ir y como mero acto de instinto camine por el lado derecho del interminable pasillo hasta toparme con el cristal que tenia como ventana aquel largo pasillo a su final.
Mire por el cristal y era una vista hermosa de mi ciudad la cual solo se podía obtener desde un lugar privilegiado y muy alto de la misma. Di media vuelta y comencé a caminar en sentido contrario de mi anterior elección.
El pasillo cada vez se me hacía más grande e interminable además de no tener ni una sola puerta en el. Casi a punto de terminar el pasillo encontré 2 puertas. Las cuales se encontraban una de cada lado del pasillo con los número 1 y 2 en dorado.
No savia cuál de las 2 era la mía así que primero probé meter mi tarjeta en la numero 1 pero esta fue rechazada dejándome claro que esta habitación no era la mía.
Introduje mi tarjeta a la puerta con el número 2 y se abrió.
Entre a ella y mi habitación era más grande que el vestíbulo del hotel.
Tenía una sala dentro como si de una casa de un piso se tratase, cocina y muchas puertas repartidas por los muros de la suite.
Constaba de medio piso en sí y solo tenía una cama en ella.
Me saque los tenis y mi playera, acomode la cama para dormir y me recosté en ella.
Cerré mis ojos y un cansancio abrumante se apodero de mí encaminándome a un sueño profundo y extenso…
No recuerdo haber soñado nada, solo descanse como en muchos años no lo hacía.
La noche paso… larga y fría acompañada del lucero nocturno que embellecía a mi ciudad de tal forma que componía una armonía con el silencio de la misma.
Las horas pasaron y la mañana se alzaba por el enorme mirador que tenía la habitación en la que me encontraba, el incesante rayo de luz típico de una mañana de domingo lastimaba mi rostro el cual no pudo sustentar el sueño que poseía obligándome a ¡¡¡DESPERTAR¡¡¡¡
El amanecer que acontecía justo delante de mis ojos me recibió a MI VERDADERA VIDA.
Mis ojos al despertar notaron como el sol se alzaba desde el horizonte dejándome con una visión borrosa en ellos.
En ese mismo instante entro Paty con un panquesito de chocolate con la velita que yo le había regalo el día anterior dirigiéndose a mí de la siguiente manera:
-Mi niño… buenos días  ayer no se me ocurrió que pedir pero el día  de ayer fue el día más feliz de mi vida en mucho tiempo y me gustaría que se repitiera todos días por eso mi deseo es:
QUE TENGAMOS UNA VIDA JUNTAS COMO UNA FAMILIA.
Mientras me levantaba de la mano para ponerme de pie ella soplo la velita y algo que hasta el día de hoy es un misterio sucedió delante de nosotros.

Un simple error gramatical cambiaria mi vida para siempre y dictaminaría mi futuro desde esa mañana.

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