miércoles, 22 de enero de 2014

Mi verdadera vida. CAPITULO1

Mi verdadera vida.
CAPITULO1
Todo comenzó  con un deseo que me cambio para siempre, algo que jamás olvidare…….
Mi nombre es Cristopher, era el típico muchacho de 14 años que nada le importaba, que en nada sobresalía y lo único que me animaba era pasar horas frente a mi consola de videojuegos o laptop jugando como el antisocial que era.
Era un chico delgado con muy poca musculatura,  de tez blanca y no muy alto de estatura, media alrededor  de 1 metro con 71 centímetros y me cabello era de color negro.
Era realmente un chico común en toda la expresión de la palabra más sin embargo había algo que cautivaba a todas las chicas y chicos que me miraran.
Mis ojos eran de un tono verde muy raro que en vez de tener la tonalidad verde parecía un gris muy tenue que cuando me daba el sol parecía un azul aguamarina.
Esta característica era la única que me mantenía en boca de todos pero mi popularidad no era mía, eran mis ojos no yo los que cautivaban.
En mi grupo yo era el raro que nadie apreciaba. Según yo era buena onda pero a mis compañeros les caía gordo por lo centrado que era, por ejemplo. Si mi profesor no iba mis compañeros aprovechaban para irse a perder el tiempo en el centro de la ciudad o en un centro comercial pero a mí no se me hacía correcto irme sin pedir permiso  a mis padres o al menos avisarles, así que con el tiempo me fui ganando la fama de un antisocial.
Si de amistades hablamos solo tenía un buen amigo que se llamaba Fernando, con el compartía el gusto acerca de los videojuegos y de algunas canciones que me gustaban, pero de ahí en fuera eso era todo, y al no tener más tema de conversación siempre terminábamos ablando de videojuegos así que cada vez que a alguien le preguntaran sobre el friki del salón seria…YO.
Todos los días me levantaba deseando un cambio a mi vida, pero siempre era mi triste realidad esa.
En mi casa no era muy querido.
Para mi familia  yo era una vergüenza, éramos 3 hijos y yo era el más pequeño de todos.
Mi hermano el mayor era un prodigio de la natación, tenía un tiempo competitivo desde los 10 años y ahora con 21 era un verdadero campeón.
Mi hermana era una música sobresaliente en su edad, tocaba más de 10 instrumentos contando el  piano, la guitarra y el violín, desde los 6 años practicaba esta disciplina y tenía muchas ofertas de todo tipo de escuelas de música a sus 18 años.
Mis padres eran ambos abogados y tenían una pequeña oficina donde trabajaban junto con otros 2 amigos suyos, ellos ganaban todos sus casos y muchas personas influyentes pedían sus servicios constantemente.
Y yo el ultimo hijo era una vergüenza para tal ejemplar familia, era promedio sacaba calificación buenas pero no sobresalientes, tenía suerte de sacar un 9 y la mayoría de ellos eran en materia como educación física. No tenía talento alguno y nunca me preocupe en encontrarlo.
Nunca era tomado en cuenta  en ningún plan y hubo veces en las que se me olvidaba ser incluido en ellos. Era obvio ya que cierta vez en una de mis muchas discusiones con mis padres acerca de mis pasatiempos me dijeron que yo fui un hijo no planeado y mucho menos deseado, había sido un accidente y que todo fue por no haber usado un preservativo (Ahora que lo pienso si en ese tiempo existiera la farmacia que ahora está cerca de mi casa nada de lo que cuento habría pasado).
Mis padres eran de una posición económica “medio alta”, me podían pagar una escuela particular y algunos cuantos lujos, pero no vivíamos “en cuna de oro”. Motivo por el cual yo nunca me sentí aceptado en mi escuela. En ella únicamente iban hijos de funcionarios ricos, personas de altos puestos o hijos de magnates de negocio.
Mi padre me había metido a esa escuela debido a que quería que fuera abogado como él.
Cuando el estudio en esta escuela el obtuvo una beca del 100%, y por eso siempre me decía:
-Solo las personas que estudian en EL INSTITUTO ALTA VISTA  son realmente preparadas.
Como yo a diferencia de mis hermanos no tenía becas por mis talentos no podía competir contra algunos de los hijos de las personas más ricas de la ciudad  en el aspecto material por lo cual nunca sentí que ese fuera mi lugar.

El único lugar en el que podía escapar de mi triste realidad era un café biblioteca que se encontraba cerca de mi escuela donde además de ser un buen lugar para poder pensar existía una zona con todo tipo de consolas para poder alquilar.
Tanto frecuentaba el lugar que de hecho era amigo de la dueña de este mismo, era una chica joven, delgada y curvilínea que siempre la veías con ropa muy cara y con un buen libro en su mano.
Su nombre era Patricia, tenía 28 años y por lo que se veía era muy rica.
Era una chica difícil de impresionar y muy confiada en sí misma, tenía un carácter dulce y muy relajado en su mayoría, pero cuando la hacías enojar: como decía mi abuelita “Que dios te agarre confesado” pues ella tenía una manera de desquitarse terrible.
Ella y yo éramos muy unidos, cada vez que yo entraba en su café su mirada nunca se alejaba de mí no de una manera acosadora sino más bien de una forma sutil y muy cariñosa.
Siempre estaba sola hasta altas horas de la noche leyendo un libro diferente cada ocasión.
Muchas veces me quede con ella a compartir una velada en la cual además de disfrutar de su compañía me liberaba de todo ese peso que es intentar aparentar que estas bien cuando sabes que por dentro estas muriendo, al contarle todos mis problemas y secretos.
Ella por su parte se liberaba de la misma manera con migo, en algunas de esas tantas veces me conto porque siempre estaba tan sola.
Patricia era una chica de familia adinerada y muy feliz.
Vacaciones por todo el mundo, carros de lujo, ropa de diseñador y joyas extravagantes eran simples caprichos que desde niña había tenido y que nunca había tomado como algo de importancia.
Sus padres eran una pareja de empresarios amantes del arte muy ricos, toda su vida se habían dedicado al trabajo y a las inversiones de pequeñas empresas que hoy en día son tan grandes como Nike o Adidas. Las grandes sumas de dinero que habían logrado afianzar les ofrecieron la oportunidad de que a una muy corta edad se jubilaran con todos los lujos que se pueden comprar, lo único que le faltaba aquella feliz pareja era un heredero al cual dejar además de su dineros su amor y después de 3 años de casados llego Patricia.
Desde su llegada sus padres le proporcionaban cualquier gusto o capricho que quisiese desde un carro para sus 16 años hasta su propia casa cuando cumplió 21.
No tenía necesidad alguna, tenía 2 padres que la amaban con todo su corazón y una economía privilegiada sin duda alguna. Su vida era perfecta.
Pero como esa obvio la perfección no existe  y la destino se lo recordó  hace un año justamente.
Ella junto con sus padres viajaba en un avión a Nueva York a pasa las fiestas decembrinas cuando un accidente provocado por el mal estado del fuselaje de la aeronave provoco que cayeran en medio del océano dejándolos a la deriva por más de 3 horas.
Patricia me dice que no recuerda mucho de ese accidente. Pero algo que sin duda no olvidara es que en ese mismo percance perdió a su familia.
Los informes del gobierno acerca del accidente demostraron que sus cuerpos fueron atraídos fuera del avión mucho antes que llegara al océano.
El mal estado del avión provoco que la parte central del armazón del mismo se separara del resto y se despresurizara provocando que el interior del avión fuera un vórtice que atrapo a cualquier objeto no sujetado al cuerpo de la aeronave.
Por desgracia de Patricia sus padres no llevaban puestos el cinturón de seguridad y fueron absorbidos por las corrientes de aire provocadas por la ruptura del avión.
Ella y los pilotos de la aeronave sobrevivieron al accidente después de realizar un aterrizaje de emergencia en el océano cerca de una isla de Hawái.
Nunca encontraron los cuerpos de sus padres, posiblemente se encuentran en el océano sumergido o desmembrados en algún lugar del mundo pero eso es algo que nunca lograra averiguar.
Desde ese día ha estado completamente sola pues no tiene ni familiares o amigos que sean cercanos a ella.
Algo que es muy peculiar es que su cumpleaños es el 17 de Marzo, el mismo día que yo nací.
Todas las ocasiones que mi profesor faltaba y mis compañeros planeaban irse al centro de la ciudad o a un cine yo optaba por ese lugar, cada vez que mis padres me gritaba y nos peleábamos yo iba a ese lugar, cada vez que mi familia me olvidaba al irse al cine o a comer yo recurría a ese lugar, en fin cada día lo visitaba en ocasiones 2 veces por día  me encontraba hay.
Paty como le solía decir de cariño me esperaba alrededor de las 2 o 2:30 de la tarde con una taza de chocolate caliente y una revista diferente para leer cada día, ella era como una madre para mí.
Tanto aprecio le tenía que en vez de contarle mi día a día a  mi verdadera madre se lo platicaba a Paty y ella a mí, si no entendía algo de mis materias  ella me ayudaba a estudiar, si necesitaba un consejo ella seguro me daría el correcto y cuando muy triste me encontraba ella era la única que savia como levantarme el ánimo.
En día de las madres acostumbraba regalarles una roza a todas las mujeres que conocía incluyendo a mi madre pero a Paty le llegue a regalar una cena y un vestido el mismo día era evidente que ella era la mujer más importante en mi vida.
Mi madre no savia y ni le interesaba que hacía con mi vida si bien podía llegar a las 2:00 de la mañana y ella ni se daría cuenta, era totalmente irrelevante en su vida (muchas veces pensé en dejar a mi familia e irme con Paty pero no me podía colgar de ella y arruinarle su vida).
Todos los días la misma rutina y el único consuelo era ella.
Así pase alrededor de 1 año hasta que un día sucedió algo que cambio mi vida para siempre.

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