miércoles, 22 de enero de 2014

Mi verdadera vida. CAPITULO 2

 Mi verdadera vida 
CAPITULO 2
Hera  vienes 15 de marzo y mi cumpleaños iban a caer domingo el perfecto día para festejarlo, en mi salón había un grupo de chicas que buscaban el más mínimo pretexto para organizar una fiesta y mi cumpleaños seria el motivo perfecto para que ellas organizaran algo “para mi” (digo esto debido a que solo lo hacían por el hecho de “fanfarronear” el dinero que tenían y no el de celebrarme)   pero yo lo que menos quería era que llegara ese día  pues eso significaría tener que convivir más tiempo con mi familia y ya no podría ver a Paty termino el día y me dirigí a mi casa cuando mi amigo Fernando me detuvo con algunas chicas que para mí eran “súper atractivas” y me dijo:
-¡¡Oye Chris ¡¡ las chicas y yo pensamos en organizarte algo en casa de Samanta el Domingo para celebrar tu cumpleaños.
Abra de todo:
-Un buen DJ.
-Buena comida.
-Hasta un espectáculo para animar la fiesta.
A pero tranquilo también habrá donde conectar a tu “Novia” para que se te haga aburrida la fiesta.

Este último comentario lo hiso debido a que yo no salía a ningún lugar sin mi laptop para poder jugar, además que lo hiso únicamente para intentar quedar bien con las chicas que lo acompañaban.
Yo no dije nada acerca del comentario de Fernando porque era el único que me hacía caso en clase y no lo quería perder así que solo le dije:
-Gracias em… nos veremos allá.

La tarde de ese  día lo que hice fue estar  en mi cuarto jugando como el adicto que era en el Xbox y solo bajar por lo indispensablemente necesario como la comida, desperté el sábado alrededor de las 10:00 de la tarde pues no había dormido bien al desvelarme jugando la última noche, baje las escaleras de mi casa y me imaginaba que encontraría a mi familia  haciendo algo por mi cumpleaños o algo así pero estaba solo en mi casa. Desayune y me imagine que salieron por algo a la tienda o a un centro comercial así que me aliste para la salida anual por mi cumpleaños a casa de mis abuelos.
Me gustaba ir pues me encontraba con mis primos y mi familia se comportaba como la familia que yo quería que fueran.
Pasaron 2 horas y al no llegar me dispuse a jugar en mi laptop, me senté en un banco con esta en las piernas,  pasaron 2 horas más y me comencé a alarmar pues el viaje a casa de mis abuelos  es de al redero de 4 horas y si no llegaban pronto no llegaríamos con suficiente tiempo para aprovechar,  en eso  se me ocurrió  que ya  estaba en la compu mandarle un mensaje por Facebook a mi hermana pues ella era la clásica chica que se la vive en las redes sociales ,  pero como mi computadora tenía una versión de Windows antigua para que siguiera corriendo mis juegos clásicos era necesario abrir el muro de la persona para poderle mandar un mensaje pues las ultimas 5 actualizaciones de Facebook no las acepta por lo mismo de su versión.
Abrí mi navegador y Facebook en el mismo, ingrese a mi cuenta y ¡tenía  1 notificación!   Era de Candy Crush  , abrí rápido el muro de mi hermana y al comenzar a cargar la página cada imagen, cada pixel  y cada letra que cargaba rompía mi corazón cada vez en una parte más pequeña que la anterior, las lágrimas derramadas en mi teclado  escurrían al mismo ritmo que las de mi rostro.
No habría problema con el tiempo para llegar ya que ellos estaban en un hotel descansando.
Estaba consiente que yo no formaba parte de su vida, pero dejarme en mi cumpleaños  solo mientras ellos estaban con todos los lujos en unas “mini vacaciones” era algo demasiado cruel incluso para ellos.
Solté mi laptop y esta cayó al suelo mientras yo lloraba descontrolado acerca de lo sucedido.
En mi cabeza pasaba la imagen de ellos disfrutando mientras yo estaría solo en mi casa en mi cumpleaños.
Ya eran las 9:00 pm. Cuando termine de llorar, seguramente porque ya no había más lágrimas en mis ojos que soltar. Me levante del banco, seque las lágrimas que aún mojaban mis rojos ojos  levante mi laptop del suelo y la coloque en el banco, tome mi sudadera que se encontraba en el perchero de la entrada de mi casa, tome mi cartera de ella y me la puse en el bolsillo de atrás de mi pantalón,  salí de mi casa, serré la puerta con llave y me dispuse a caminar como toda mi vida lo hice…..SOLO hacia el único lugar en el que me sentía realmente feliz esperando que estuviera abierto aun cuando ya era muy tarde.
La ciudad estaba desierta ni un alma pasaba por ahí, el aire de este invierno era abrumante y me calaba hasta los huesos, el único sonido que se escuchaba en aquella larga calle empedrada la cual era delimitada por arboles de cada lado eran mis pasos, el sonido de mis tenis chocando con cada paso contra esa fría calle.
Ya llevaba caminando al redor de  40 minutos sin ver ni un perro en mi camino, pase por mi escuela  ya estaba cerca del café, a solo unas cuantas calle encontré a una señora de edad avanzada caminando en la calle, era mayor pero denotaba clase a mas no poder, me acerque a ella y la señora me saludo diciendo:
-buenas noches hijo.
Yo de una forma muy cortante y un tanto grosera dije:
-de buenas no tiene nada.
La señora intrigada por mi respuesta me pregunto:
-¿vivir una noche más para ti no es feliz?
Me detuve a contestar a la señora y logre mirarla detenidamente un par de segundo, efectivamente era una señora de edad un tanto avanzada pero no tanto como para perder  la capacidad de  moverse, tenía el cabello negro con algunas canas que” el tinte” seguramente ya no podía cubrir y una pequeña cicatriz en el pómulo que seguramente no podía cubrir con el sutil maquillaje que llevaba.
Era una señora común, de echo me recordaba bastante a alguien pero no podía recordad a quien pero sin duda sentía que yo ya la conocía.
Después de “barrerla” de pies a cabeza,  yo le conteste:
-No señora, no lo es.
Ella me pregunto:
-¿Por qué? ¿Acaso sucedió algo el día de hoy?
Le respondí:
-No lo entendería
Ella se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla, me dio un abrazo y me entrego un pequeñísimo regalito diciéndome.
-Que todos tus deseos  en esta noche se cumplan, un pajarito me dijo que hoy es tu cumpleaños felicidades.
-Los ciento señora pero no la conozco.
La perdí de vista cuando se dio la vuelta en una esquina mientras yo veía que me dio.
Guarde el regalito en mi bolsa de enfrente y seguí caminado al Café pensando en lo que la señora quiso decir y aun mas ¿Quién demonios era esa señora que regala algo a un muchacho que no dice conocerla en plena calle?
Camine al Café, estaba abierto y por la ventana se veía a Paty en su pequeño escritorio leyendo y tomando un café.

Toque la puerta y ella angustiadísima corrió a abrirme pues aunque estaban abiertas las persianas, la puerta de cristal gruesa estaba cerrada por obvias razones, me abrió dándome un abrazo diciéndome:
-Chris ¿Qué haces aquí?
Yo le pregunte lo mismo mientras pasábamos al Café

No hay comentarios:

Publicar un comentario